Si me lo permiten, hoy no voy a hablar de cosas serias. Sólo de una cosa. Una cosita, una anécdota en estos días de grandes palabras y Historia con mayúscula. Un belén.

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Como les supongo conocedores, sobre todo si son ustedes habituales de Logroño, el ... Ayuntamiento de la capital hace años ya que instala en su plaza un gran belén casi-monumental. La idea no es original, pero sí buena: un nacimiento a tamaño gigante donde los edificios sean reproducciones de monumentos de La Rioja.

A la gente le gusta, y oigan, eso ya debería bastarnos para pensar que lo que hoy está bien mañana podría estar mejor.

Recuerdo que cuando esto empezó (y parece que no pero ya han pasado años, jo) la idea era que el belén fuera creciendo pieza a pieza, monumento a monumento, hasta convertirse en una especie de pequeña ciudad que reprodujera una buena parte de esta tierra. Pero aquello, en algún momento, se quedó en nada. El belén se paralizó y hace ya demasiado que no nacen nuevos monumentitos que añadir.

Ya, que ya sé que esto no es importante. Es una cosa. Pero si el Consistorio retomara la costumbre y se añadiera, pongamos, un palacio, una iglesia, una ermita cada par de años, el tiempo que nunca se detiene nos llevaría muy rápido a tener algo realmente espectacular en la plaza del Ayuntamiento. Algo que atraería personal de fuera, que movería gente, que alegraría a la peña. Una gran cosa pequeña, ¿no les parece?

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