Borrar
El primer ministro británico Boris Johnson EFE
Última oportunidad

Última oportunidad

Editorial ·

Londres tiene unas horas para recapacitar, garantizando que si se asegura el acceso de sus bienes a la UE tendrá que competir con la máxima lealtad

Domingo, 13 de diciembre 2020, 10:41

Las negociaciones sobre los compromisos comerciales entre la Unión Europea y el Reino Unido para después de que éste abandone definitivamente la UE, a partir del 31 de diciembre próximo, cuentan con la jornada de hoy para alcanzar un acuerdo. Los equipos encabezados por Michel Barnier y David Frost tienen tan solo unas horas para que la salida de los británicos se produzca de forma ordenada. Aunque en realidad es Londres el que tiene ese tiempo para recapacitar, garantizando que si se asegura el acceso al mercado de la Unión en condiciones análogas a las que mantiene como miembro comunitario no competirá deslealmente a nivel global. El Gobierno de Boris Johnson se resistía hasta ayer a aceptar la aplicación de la prolija batería de medidas que se requieren para evitar que, pudiendo exportar sin aranceles ni cuotas a los países de la Unión, las compañías británicas se vean libres de actuar según su propia conveniencia ante terceros. Además, queda pendiente que Londres acceda a que las flotas pesqueras de nuestro país y de otros de la UE, que históricamente han operado en las aguas bajo autoridad del Reino Unido, puedan seguir haciéndolo legalmente. La perspectiva de que el desencuentro conduzca a que las relaciones comerciales a través del Canal de la Mancha se rijan por las normas generales de la OMC, como si el pasado comunitario de los británicos desde 1973 se quedase en nada, y en nada acabaran los intereses comunes de empresas y ciudadanos de ambos lados, ha generado una guerra de nervios contenida durante las últimas semanas. Ayer mismo los dispositivos puestos en marcha en las carreteras del Reino Unido para encauzar el flujo de camiones hacia el eurotúnel y los puertos, y las informaciones de que la Navy se dispone a interceptar barcos de la Unión, parecían advertir de que la suerte está echada y hoy se constatará el desacuerdo. Solo cabe esperar que los últimos movimientos de Johnson, dando como probable el fracaso de las negociaciones, e insistiendo en que sea la UE la que renuncie a sus condiciones, constituyan ardides tácticos para prolongar el pulso hasta el último minuto de hoy, a la espera de alguna concesión menor que pudiera exhibir como triunfo. De lo contrario es evidente que, teniendo en cuenta su balance comercial, el Reino Unido saldrá peor parado que la Unión Europea. Pero los Veintisiete sufriremos un enorme revés que, en lo inmediato, mermará las posibilidades de recuperación tras la pandemia.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Última oportunidad