Cuando la invasión rusa de Ucrania cumple su jornada 43, la perspectiva de que el conflicto se prolongue durante «meses o incluso años» que maneja la OTAN va a exigir un esfuerzo sostenido a los países occidentales que respaldan al Estado atacado. Un apoyo que ... debe diversificarse en un triple frente: militar, financiero y humanitario, sin posibilidad de descuidar ninguno de estos flancos ni de aflojar en la apuesta por medidas que también dañan a sus impulsores. La satisfacción por la retirada de las tropas del Kremlin del norte ucraniano –teñida de dolor por la masacre de Bucha– cede ya paso a la preocupación por la inminente ofensiva para controlar las provincias orientales de Donetsk y Lugansk. Kiev necesitará nuevos envíos de armamento y sistemas defensivos, además de recursos para gestionar un nuevo éxodo que puede alcanzar los 9 millones de personas. La UE deriva ya 3.500 millones de sus fondos pospandemia a reforzar la acogida de refugiados, mientras profundiza con EE UU en una estrategia sancionadora que, unida a la retirada de más de 600 empresas internacionales y el bloqueo de fondos en el extranjero, acabe torciendo los propósitos de Putin.
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