Trump, seguramente temeroso de que la imprudente intentona golpista tuviera consecuencias políticas o penales para él, reconoció ayer la victoria de Biden y anunció un traspaso de poderes tranquilo y ordenado, aunque sin renunciar en ningún momento a su teoría conspirativa de un pucherazo electoral ... que nadie, ni el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha podido ver porque no ha existido. La incitación a la ocupación del Capitolio por los seguidores de Trump, que no cesó hasta pasadas varias horas de la irrupción, no debería quedar impune. La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelossi, barajó la posibilidad de un 'impeachment' exprés, pero el Congreso estadounidense ha cerrado sus puertas hasta el día 20 cuando cambia la presidencia. La otra posibilidad, la destitución de Trump por aplicación de la enmienda 25, que requeriría el respaldo del actual vicepresidente, Mike Pence, y de la mitad del gabinete, tampoco parece abrirse paso. Así las cosas, Trump ya ha anunciado que no asistirá al traspaso oficial de poderes, con lo que faltará al respeto a una sociedad, la norteamericana, que ha tomado su determinación en las urnas.
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