El levantamiento de la política de 'covid cero' el mes pasado permite a 1.400 millones de chinos celebrar el Año Nuevo Lunar sin las limitaciones de los tres anteriores. Incluso Wuhan, la ciudad confinada durante 76 días desde el 23 de enero de 2020, ... intenta recuperar su vida, aunque el fin del tratamiento de choque contra el coronavirus esté extendiendo el patógeno por todo el enorme país, una dinámica que se agravará con los millones de desplazamientos que contribuirán a propagar la infección por zonas rurales aún peor preparadas que las ciudades para atender a los enfermos. Protestas históricas alertaron a Pekín de que la sociedad no aguantaba ya las severas restricciones. Ahora, el pulso se recobra entre cifras de fallecidos estremecedoras incluso para el volumen de población del gigante asiático. Los ciudadanos de un régimen autoritario cuyo sistema sanitario se ve desbordado por un enemigo implacable difícilmente pueden seguir adelante como si los últimos tres años no hubieran existido. Tampoco los de las sociedades libres, obligados por la experiencia a protegerse y proteger; ni sus responsables políticos, urgidos a reconstruir la sanidad pública.

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