El tren, la viña, el braván y la mula

Casi una docena de alcaldes de la cuenca del Najerilla se reúnen con este calor para decir que lo de modernizar el tren, bien, pero que si eso mejor por la jurisdicción de otro. La excusa son las viñas. O el paisaje. O el paisaje ... de las viñas, esos infinitos viñedos en espaldera que han arrasado la región y se han llevado por delante, sin tanto miramiento, tanto cepas añejas como cualquier otro cultivo de los que no hace demasiado formaban parte del variado labrantío riojano, hoy monocorde paleta gregoriana de cepas y cepas y cepas. En mi pueblo y en otros, en la misma cuenca, derrochan el agua como si fuera gratis porque aún hay quien riega a manta como en el XIX. El mismo siglo del tren achacoso que serpentea aquí junto al Ebro, que puede ser muy machadiano, pero tan poco práctico como regar a pie. El progreso es optimizar el uso del agua o disfrutar del medio de transporte más sostenible en modo siglo XXI. O que dejen los tractores aireacondicionados y vuelvan al surco con las mulas al frente de los bravanes a ver.