La muerte de la cúpula del Ministerio del Interior de Ucrania al estrellarse el helicóptero en que viajaban su titular, Denis Monastirski, el viceministro Yevheni Yenin y el secretario de Estado Yuri Lubkovich, entre otros, y el fallecimiento de un niño de la ciudad de ... Brovari es una tragedia en medio del horror. A la espera de que los servicios de inteligencia precisen las causas de lo sucedido, es evidente que el Gobierno de Zelenski ha sufrido este miércoles un grave revés, recibido por el régimen de Putin con la alegría de quienes en su irracionalidad ven una señal favorable a sus designios. La gobernación de un país cercado por una potencia desalmada está sujeta al secreto que impone su defensa. Pero es fácil imaginar lo complicado que resultan la administración del Estado bajo estrictas medidas de seguridad y la cohesión ciudadana cuando los imponderables limitan sobremanera el ejercicio de las libertades, además del logro de estándares dignos de bienestar.
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El descabezamiento de una estructura tan crucial es mucho más que un contratiempo para Ucrania y para las democracias del mundo que tratan de atajar con su apoyo a aquel país la expansión del régimen autocrático ruso y la propia amenaza nuclear. La relevancia de los responsables fallecidos y las funciones encomendadas al ministerio que dirigían requerirán una reorganización del Ejecutivo de Zelenski desde el punto de vista político y funcional. Ha de tenerse en cuenta que a Interior corresponde tanto velar por la seguridad ordinaria de los ciudadanos como atender las necesidades que el cerco de Putin genera en las fronteras de Ucrania y la prevención de posibles incursiones enemigas. Cuando el Gobierno de Kiev estaba centrando sus esfuerzos en dotarse de medios capaces de hacer frente y contraatacar a las fuerzas rusas a medida que la climatología lo permita, se ve obligado a actuar con urgencia para asegurar la gobernación del país. Ello requiere una actuación inmediata para paliar el vacío provocado por la tragedia sobre una tarea que por su propia naturaleza resulta imposible de transmitir a un nuevo equipo cuando sus responsables desaparecen repentinamente, y buena parte de su bagaje y conocimientos se van con ellos.
El grave revés sufrido por la defensa de Ucrania es un argumento definitivo para que los países aliados pongan en sus manos los carros de combate y la artillería precisos para impedir que Rusia recupere terreno en primavera.
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