Y Toni, cantó

Perder el tiempo escuchando a la conciencia es solo para ilusos y románticos. Quiero seguir a un líder sin remilgos sin perder el tiempo buceando entre principios morales. Desde ahora mismo me declaro fan de Toni Cantó, que ha cantado alto y claro que las ataduras éticas son un engorro cuando hay que elegir entre comunismo y libertad. Yo quiero, como él, ser libre de pensar lo que me dé la gana y defender una cosa y la contraria porque, al fin y al cabo, señoras y señores, la vida es un teatro y la política el gran teatro del mundo.

Toni Cantó viene del centro, del centro de sí mismo, a blanquear a la derecha de centro y a la extrema derecha de violeta. ¡Qué placer escucharle! Diga lo que diga siempre me parece que lleva razón. ¡Qué gallardía! ¡Qué donosura! La mayoría de los políticos son actores frustrados que lo mismo interpretan a un parado que a un millonario, a un abuelito que a un joven, aunque todos les importen un pito. Pero tampoco nos vayamos de madre, que Toni Cantó desde que dejó el partido de Rosa Díez y se fue a la plaza de Colón con Albert Rivera solo actúa mirando a la derecha que él, incluso cuando representaba Los ochenta son nuestros, donde lo descubrí, siempre fue gente de orden. Desde entonces sigue en el centro de la escena. Y yo me digo, para qué comerse la cabeza con tontadas; lo importante no es lo que haces ni lo que aparentas hacer sino que la representación esté bien pagada. Vale, te llaman mercenario de la política y como mercenario, qué más te da; a fin de mes cobras tu nómina y a la moralidad y al pueblo soberano que les den.

Por fin comprendo lo equivocada que estaba. Años criticando el transfuguismo con lo beneficioso que resulta el mercadeo para los tránsfugas. Lo de Murcia, un negocio redondo para todos. Que las encuestas vienen mal dadas para tu partido, pues te vas a otro. Como en la copla de la bien pagá: si tu eres la bien pagá/porque tus votos compré/y a mí te supiste dar por un puñao de parné. Pues ya está. Dice Toni Cantó que se va con Ayuso porque es una líder que le inspira. Quiénes somos los ciudadanos para criticar su incoherencia y su falta de escrúpulos, pues unos ingratos. Esto se olvidará pronto y Cantó será lo que su corazón mercenario le dicta. Así que yo les anuncio que a partir de ahora pongo en esta columna el cartel de 'SE VENDE' y tiro mis principios a la basura para siempre.