Sin tiempo que perder

Desde la propia confección de su equipo de gobierno, Andreu debe dar señales de que desea recuperar el espíritu emprendedor que siempre caracterizó a La Rioja y de que luchará para contrarrestar los principales males que le afectan, desde el paro hasta la despoblación. Al actual Gobierno en funciones habrá que pedirle un traspaso de poderes honesto y ejemplar, de manera que por encima de colores políticos prime el interés general de la región, al que todos se deben. En cualquier caso, no le aguarda a Concha Andreu una tarea fácil. Asume el gobierno autonómico en una época que se adivina convulsa, marcada por el 'brexit' (que tendrá un indudable impacto en las exportaciones riojanas) y por el estancamiento económico en los principales países de la Unión Europea.

La siempre espinosa cuestión de la financiación autonómica, postergada hasta que España cuente por fin con un Ejecutivo que no esté en funciones, también requerirá del nuevo Gobierno muchos desvelos y una notable capacidad de negociación. La difícil convivencia entre PSOE y Podemos podría convertirse en uno de los principales escollos internos con los que Andreu tendrá que lidiar en los próximos cuatros años, pese a las salvaguardas que, para garantizar la estabilidad del Ejecutivo, firmaron ambas formaciones políticas en su pacto de gobierno. Por el bien de La Rioja, cabe desear que Concha Andreu sea capaz de liderar, siempre desde el diálogo con las demás fuerzas políticas y con las organizaciones de la sociedad civil, el impulso que necesita la región.