A tiempo parcial

Que se tenga por normal que más del 80% de los trabajos a tiempo parcial de esta región -aunque el dato es extensible al conjunto del país- estén ocupados por mujeres es un caso paradigmático de violencia simbólica. Una 'normalidad' que revela que algo no se está haciendo bien en la pretendida búsqueda de la igualdad de géneros y de la equiparación de sus derechos.

Y la consolidación del empleo a tiempo parcial casi como algo privativo de la mujer no ha hecho sino convertir la figura del ama de casa en la de una trabajadora a tiempo parcial que, además, atiende el hogar familiar y es la cuidadora principal de menores, mayores o dependientes de su entorno. Porque, el desigual reparto de las cargas familiares, aunque no es el único, es un factor determinante para entender la desigual distribución de los contratos a tiempo parcial.