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Estoy en un pupitre, sudando sobre el papel del examen. Es un sueño, una pesadilla que tenía de vez en cuando. Ahí estoy, sufriendo en clase ante unas preguntas incomprensibles con números y fórmulas imposibles de descifrar, y ese desencuentro mío con las matemáticas es ... algo que en mis años de estudiante me pasaba de verdad. Hay también una presencia difusa paseando por el aula, un profesor que es la mezcla de todos mis peores profesores, y una sensación de tic tac, de tiempo que pasa y se agota porque llega la hora de entregar el examen y yo no he respondido a nada.
Si se cumplen los deseos de la ministra Celaá los alumnos españoles compartirán otras pesadillas: descubrirse descalzos en mitad de la calle o mirarse en el espejo y ver que falta algún diente, pero ese agobio del examen quedará fuera de sus terrores nocturnos. Quieren pasar de curso a los chavales sin tener en cuenta las asignatura suspendidas, algo que comparte el Consejero de Educación, quien hace días nos aclaró que eso de los suspensos «simplifica» mucho la educación. Al menos no dijo lo del ministro/humorista Castells, quien afirma que copiar, si el alumno «copia bien», es signo de inteligencia. Que el ministro de Universidades diga estas chifladuras se sostiene con la realidad de España, porque uno empieza copiándole la ecuación al del pupitre de al lado y termina falseando una tesis doctoral o poniendo en el currículum que has sido alumno de Harvard. Esto que ahora llega al debate educativo lleva un tiempo en el deporte infantil, menos mal que nos quedan Rafa Nadal que, con las rodillas doloridas por esos tendones suyos que no hacen más que torturarle, sigue dando una lección a todos estos gurús.
Demoler los valores del esfuerzo, la disciplina y el respeto a las materias quizá haga alumnos mas felices a corto plazo, pero les va a arrebatar el mejor aprendizaje, el que sólo se asimila en momentos de derrotas y fracasos. Por eso los va a frustrar en cuanto pisen la calle, porque verán que la vida, en todos sus órdenes, no es otra cosa que una competición.
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