Tender puentes

Lo acabamos de comprobar con el acuerdo sobre la reforma laboral. A la espera de la definitiva votación en el Congreso, los meses de negociación, de diálogo y de discusión han servido para mucho. Tanto como para conseguir una normativa laboral que protegerá más a los trabajadores y que, a la vez, mantendrá los elementos fundamentales de flexibilidad interna en las empresas, según las conclusiones a las que ha llegado FAES.

Porque la lucidez de tender puentes en política con los que sostienen ideologías diferentes resulta crucial. El mantenimiento de una buena relación entre los políticos es clave. A fin de cuentas, se necesitan en beneficio de los ciudadanos. De eso era consciente un catalán histórico como Joan Reventós, fundador del PSC. Consiguió unificar tres corrientes socialistas que no facilitaban en absoluto el intento. Con el aliento de Reventós los socialistas catalanes fueron capaces de lograr coaliciones difíciles y establecer canales de comunicación con otros partidos. De ahí, que el día de su despedida invitó a realizar un esfuerzo por conservar la «unidad socialista que costó tantos esfuerzos forjar» y a no permitir a nadie el monopolio de la catalanidad.

En esa línea ha trabajado el reciente congreso de los socialistas catalanes, manteniendo su papel de primera fuerza que consiguió en los últimos comicios autonómicos. En ese encuentro destacó el papel de Salvador Illa, exministro de Sanidad y primer secretario del PSC, a quien se atribuye esa capacidad imprescindible de establecer acuerdos. La defensa de mantener o crear relaciones de amistad entre políticos de distinto signo, los consejos para evitar rupturas personales entre quienes fueron buenos compañeros de estudios o simplemente vecinos cordiales pero más tarde optaron por adscripciones políticas encontradas, resultaron apuestas estimulantes y útiles para unos y otros. Es decir, cultivar la amistad entre adversarios políticos sería una buena apuesta para desterrar el mal clima del Congreso.