De todos los bares de todas las ciudades del mundo ella ha tenido que entrar en el mío», dice Rick en 'Casablanca'. De todos los belenes de todas las ciudades del mundo nos han tenido que regalar el mismo nacimiento con el que Martínez-Almeida ... obsequió a Casado. Acabáramos. Ahora parece que vivo en un pisazo del barrio de Salamanca, hasta el punto de cambiar el pollo relleno que tenía previsto para la cena de hoy por una becada al armagnac. Entre las aves también hay clases sociales.

Publicidad

Pero hay gente que no tiene ni pisazo ni pisito, ni pollo ni pollito: en el edificio donde trabajo hay un centro intercultural al que van los niños del barrio a jugar y a hacer los deberes. Muchos están en riesgo de exclusión social, si es que no están excluidos ya. Han recortado un abeto en cartulina, lo han pegado en la puerta y lo han decorado con unas bolas donde, con una letra redonda y dulce, han escrito sus deseos para estas fechas. Leo: «Que todo el mundo tenga casa». Sigo leyendo: «Tener comida». Los críos saben lo que quieren porque saben lo que les faltan.

El resto, los afortunados que tenemos techo y comida, a veces no sabemos lo que queremos hasta que no nos dan un bofetón con la mano abierta. Y, mira tú por dónde, hemos tenido que poner la otra mejilla: aquí estamos de nuevo, convertidos en familias monoparentales, echando de menos las peleas por los langostinos y por el discurso del Rey, que a mi mesa se sientan dos o tres Españas y parte del extranjero. Eso sí, para que no decaiga, mi santo y el heredero ya están protestando. Que qué mierda es esa de la becada, dicen. Que no me haga la fina, me sueltan. Pues no os preocupéis, que se me ha quemado el pájaro. Feliz Navidad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad