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Teniendo un idioma como el que tenemos, es triste ver cómo contribuimos a inundarlo de términos foráneos, sobre todo ingleses, especialmente en el área económica-financiera. A veces se hace por ser snob –otro anglicismo proveniente del latín sine nobilitate, sin nobleza, que ... es cuando queremos aparentar una mayor posición social de la que tenemos– y otras lo hacemos para entendernos mejor, ya que el uso generalizado ha introducido y popularizado el concepto. Por ejemplo, nadie habla de arrendamiento financiero, sino de leasing. El tapering es la retirada progresiva de los estímulos económicos que un Banco Central aplica a la economía de un país. En 2011 Mario Draghi, dada la situación económica de algunos países de la Unión Europea, concretamente los llamados despectivamente PIGS –cerdos–, comenzó a estimular su economía haciendo que el Banco Central Europeo (BCE) se hiciese cargo de la deuda de esos países –Portugal, Italia, Grecia y España–, evitando su quiebra. Actualmente, el BCE compra 80.000 millones de euros al mes de deuda de los países miembros de la Unión Europea. La adquisición de esta deuda supone estimular la economía incrementando la liquidez económica –más dinero en el mercado–, facilitando la concesión de créditos a las empresas y a los particulares y, como consecuencia, aumentando el consumo y la creación de empleo. En el lado negativo de la balanza tenemos que al aumentar la masa monetaria –el dinero en circulación– aumenta la inflación, que es lo que está pasando actualmente, y se corre el riesgo de crear burbujas de deuda. Por otro lado, los estados generan más deuda ante la confianza de que, de todos modos, se la va a comprar el BCE.
Todo esto no está mal si no perdemos de vista que no es real y que solo debería ser limitado en el tiempo. Es como si fuese un chute de adrenalina u otra cosa peor. Dopamos y estimulamos la economía para conseguir metas que por nosotros mismos no podríamos alcanzar. Al final, si nos acostumbramos a los estimulantes caemos en la adicción, que es el aumento ilimitado de la deuda y hay que ser consciente de que las deudas hay que terminar pagándolas o si no quebrando.
El tapering trata de revertir la situación económica irregular y reconducirla a la normalidad. Que sea la propia coyuntura económica del país la que regule el sistema, sin ayudas externas ficticias. La retirada de los estímulos económicos siempre debe hacerse de forma progresiva, nunca bruscamente, y tiene varias consecuencias: el aumento de la oferta de bonos del Estado y el encarecimiento de los mismos para poder colocarlos; la renta fija sube y la bolsa inicialmente baja aunque luego depende de cómo discurra la economía de cada país.
El BCE ya ha anunciado que va a iniciar la retirada de estímulos –tapering– disminuyendo el nivel de compra de deuda a partir de marzo de 2022, siguiendo la estela de EEUU. La pregunta es, ¿cómo le va a afectar a España? En principio España es, posiblemente, el país que más se ha beneficiado de la compra de deuda. El BCE tiene 571.223 millones de euros de deuda española y como consecuencia del tapering no vamos a poder endeudarnos tan alegremente y se va a dificultar la colocación de deuda en el mercado, incrementándose los costes financieros de la misma, disparándose el déficit. Si a esto le sumamos que el crecimiento del PIB no va a ser el indicado por el gobierno, sino bastante menor, tal y como lo afirman la CEOE, FMI, AIReF, BdE, etc., la situación es de pronóstico reservado.
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