Recuerdo haber leído hace unas décadas un libro sobre la gran mentira colectiva que hay tras la verdad que algunos lobbies poderosos hacen imperar para manejar el destino del mundo. La situación mundial actual gira en torno a una compleja confrontación geopolítica y comercial que ... reclama gran firmeza y unión para dar respuestas eficaces que, indefectiblemente, pasan por conocer la verdadera realidad.
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Geopolíticamente, hay dos grandes desafíos destructores conocidos: el del imperialismo ruso (y aliados) frente a occidente con los valores y cultura que representa, manifestado abiertamente en la invasión injustificada a Ucrania que, tras varios años de valiente defensa da muestras de fatiga, falta de municiones, fragilidad en la resiliencia de sus ciudadanos, así como dudas entre el apoyo aliado frente a la agresión. Una situación de alarma, especialmente para Europa, frente al imperialismo agresor que no duda en aniquilar a sus propios disidentes ni en amenazar con una guerra nuclear al mundo, ¿cuál será el siguiente paso? En otro lado, el conflicto entre Israel y Palestina muestra evidentes ecos de brutalidad y caos provocando el desorden en Gaza que engulle a la población civil y reclama una solución política inmediata. Estos son los desafíos abiertos conocidos, cabría preguntarse qué sucede en otros focos vivos de confrontación amenazantes, como el del Sahel, de los que hay escasa información.
Comercialmente la tensión es creciente entre tres zonas de intercambio: Estados Unidos, Europa y China como reflejó la reciente cima de la Organización Mundial del Comercio. Entre la presión china y concesiones de USA, el multilateralismo imperante se sustituye por la ley del más fuerte abriendo un inquietante período de incertidumbre que reclama pilotar una coordinación macroeconómica, antes de que el desequilibrio sea incontrolable.
En ambas confrontaciones, reflejo de una nueva era, la Unión Europea con sus valores democráticos, cultura y bienestar social es la más débil, ante lo que hay que estar bien informados y firmemente unidos. Los ciudadanos debemos ser conscientes de que, en lugar de evidencias sobre las coordenadas de la realidad, se nos proyectan cortinas de humo con verdades ambiguas y cuestiones socio-políticas o ambientales que no solo dispersan la atención sino que desorientan y buscan dividir opiniones, tensando las fuerzas para manipular su posicionamiento, en lugar de cohesionar la base social que afronte lo estructuralmente trascendente para la pervivencia del sistema democrático occidental. Unión, firmeza y defensa son imprescindibles pero es necesario exigir la verdad, aunque sea incómoda.
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