El mundo moderno aporta continuos cambios a lo que, tradicionalmente, no tenía discusión. Cambios en los que el entorno digital arrolla con lo que creíamos esencialmente humano, generando avances útiles pero también disonancias o incongruencias.
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Aunque las últimas cifras de empleo en España parecen más ... positivas de lo esperado (afortunadamente) continúa habiendo gran número de personas en paro a la espera de un trabajo que dignifique. Sin embargo, en empleos tradicionales como el del ramo de los servicios de restauración tienen dificultades porque no encuentran con facilidad personas cualificadas que ocupen los puestos de trabajo necesarios, llevando al límite la situación de propietarios de negocios que necesitan camareros/as para atender adecuadamente a la clientela.
A la vez, los avances tecnológicos y la robótica ofrecen una posible vía de compensar la falta de capital humano en estos servicios mediante robots, planteando la cuestión de si estos podrían ser la solución a esta situación combinada con la de la carestía o formación de la mano de obra posible. La entrada de los camareros robot en el sector de la restauración ya no es ciencia ficción sino que estos ocupan su lugar de trabajo en más de 500 restaurantes y bares no solo de Norteamérica, Japón o China sino también en Europa o España; por ejemplo, en Madrid, Zaragoza o Barcelona ya hay establecimientos que los tienen para atender al público realizando distintas tareas, desde recoger comandas o servir comidas y bebidas, hasta preparar hamburguesas o incluso un castizo bocadillo de jamón y queso, como se demostró en la última feria en el Ifema.
¿Son los robots los camareros del futuro?. Mientras la polémica está abierta respecto a su utilidad versus a la capacidad humana para abordar, flexiblemente, un contexto profesional que reclama no solo buen hacer sino también buena comunicación con el cliente y, a veces, ajuste a una situación imprevista, va extendiéndose su presencia a la par que crece la facilidad para adquirir los robots-camarero que ofrecen distintos fabricantes, preparados para suplir o apoyar el oficio de camarero, tanto en comedores públicos como en restaurantes privados. Una progresión de la incursión de la tecnología en la vida que no debería remplazar la presencia humana.
El mundo de la robótica es un motor de cambio que parece seguir el lema de «no sé quién será el que me impulse, pero tampoco el que me pare».
Vivir para ver, como dirían nuestros abuelos
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