Surrealismo

Cuando apareció en una pantalla comercial 'Cabeza borradora', los cinéfilos quedaron hechizados por una obra de una fuerza visual brutal y una trama enloquecida que era imposible definirla. Sus hipnóticas imágenes, filmadas en blanco y negro, obedecían a influencias surrealistas. En seguida la mente se llenaba de referencias y el nombre al que se le asociaba era el de, Luis Buñuel. En cualquier caso, el filme es un producto libérrimo, fantasioso, terrorífico y desconcertante.

La película, en tono de pesadilla y atmósfera apesadumbrada, narra la grotesca peripecia de un ser a contracorriente, Henry Spencer (Jack Nance), un tipo solitario con un peinado llamativo al que un colega le invita a cenar a su casa. En el transcurso de la velada la mujer del amigo da a luz un niño deforme. Desde entonces su cometido no será otro que cuidar del monstruoso bebé. En su siniestra morada se le vendrán encima terribles imágenes sin sentido que alteran el ánimo del espectador.

Hay obras, de cualquier procedencia, que es mejor no tratar de encontrar significados lógicos. 'Cabeza borradora' es posible que los tenga. Pero es mejor adentrarse en su penetrante tramoya estética, y dejarse llevar por los alucinantes episodios que experimenta Henry Spencer.