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No he saludado nunca ni a Jorge Merino ni a Pablo Alberdi. De ellos me enteré por la prensa. Como casi todos. Estuve en la rúbrica final de aquella manifestación de autos el 14N de hace 8 años donde (no) sucedió todo lo que llevó ... al juez del 1 de lo Penal a dictar sentencia condenatoria contra ambos y contra un tercero que prefirió un mal acuerdo a un buen pleito (¿o era al contrario?). Ayer le eché un buen rato a leer la sentencia 39/2020 de la Sección 1ª de la Audiencia. Un trabajazo. Lo de leerla desde luego, pero sobre todo, lo de redactarla. Me descubro ante su togada señoría Carmen Araujo. El detalle del relato de los hechos, y de los no hechos, da para que Netflix le dé una vuelta. Y la argumentación jurídica huele a irreprochable de minuciosa y cargada de sutilezas. El texto es de lectura obligada para quien tuviera dudas, es lícito, sobre la culpabilidad o inocencia de Jorge y Pablo. Y debería ser un castigo para la conciencia de quienes les han envenenado el sueño y la vida durante estos años.

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larioja (No) sucedió hace 8 años