El repunte de la inflación en la Eurozona hasta el 8,9%, su mayor nivel desde el nacimiento de la moneda única, eleva la presión para que el BCE suba de nuevo los tipos de interés en septiembre. En julio aprobó un ascenso de medio ... punto –el doble del previsto– por el agravamiento de los riesgos de la escalada de los precios sobre la economía. Las preocupaciones existentes en el banco central «no se han aliviado» desde entonces, según ha admitido la alemana Isabel Schnabel, miembro de su comité ejecutivo. El control de la inflación es una prioridad del conjunto de la UE que, además, coincide con el principal mandato del BCE. El alza de los tipos debería ayudar en ese objetivo y, además, reforzar a un euro alicaído frente al dólar. Pero el banco central tendrá que medir con cautela el uso de esa herramienta para evitar que un brusco frenazo de la actividad hunda a la Eurozona en una profunda recesión. Su crecimiento del 0,6% en el segundo trimestre ahuyenta por ahora cualquier alarmismo. Pero el estancamiento de Alemania, el motor de la UE, es un serio aviso, máxime bajo la amenaza de un cierre del grifo del gas por parte de Rusia, que afectaría gravemente a su economía.
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