Stop al cambio climático

La película se enmarca en el epígrafe «Planeta Tierra» y es una continuación del excelente y premonitorio título, 'Una verdad incómoda' (2006) de David Guggenhein, que gano un Oscar como mejor obra documental, que avisaba, con un estilo detallista y apoyado por gráficos reveladores, del imparable calentamiento global y la necesidad de tomar medidas políticas responsables para evitar el colapso de la Tierra.

Once años más tarde, y con otro equipo de realizadores, Al Gore, con la preocupación metida en el cuerpo, se lanza de nuevo, en una especie de road movie, a sacudir las consciencias de los dirigentes mundiales capaces de detener el detioro progresivo exponiendo ejemplos fehacientes sobre el mismo terreno donde se perciben señales más que preocupantes.

Existe un cambio climático, se nota, se palpa, y para mostrarlo no hay nada como viajar hasta los rincones del mundo en los que los equilibrios se han resquebrajado para mostrar con imágenes veraces y voces alarmadas el declive de las zonas afectadas y el desastre que puede suponer no frenar la devastadora realidad.

Al Gore, paladín de esta causa, se muestra tenaz y firme en sus convicciones. Se enfrenta a negacionistas y detractores, más si cabe después de la salida de los EE UU del acuerdo de París. Se lanza con persistencia y el carisma que le caractiza a profetizar la idea de la energía renovable y los avances en materia solar y eólica. Un discurso estructurado en tres partes que supone cien minutos de aire puro y saludable.