Sombras sobre el plebiscito de Putin

Solo un grave aumento de los casos de coronavirus amenaza el férreo deseo de Vladímir Putin de dotar de sustento constitucional a su propósito de eternizarse en el poder. Poco más de 300 positivos y una fallecida, según la información oficial, avalarían la decisión del ... presidente ruso de cerrar ya en enero la frontera con China e implantar duras restricciones al acceso de extranjeros cuando la pandemia se convirtió en realidad. En el frente interno, el líder del Kremlin trata de combinar tibias medidas para evitar las aglomeraciones con anuncios de acondicionamiento de hospitales que le permitan afirmar que «la situación está bajo control», en un momento en que los grandes países europeos tratan de frenar el avance de la enfermedad con decisiones de coste incalculable. La prohibición de concentraciones alienta la desconfianza de los rusos hacia sus autoridades y propicia episodios de acaparamiento, en un momento económico ya adverso por la bajada de los precios del petróleo y la consiguiente debilidad del rublo. Aunque la mayor perjudicada por las restricciones en casa es la oposición, incapaz de contestar en la calle el avance triunfal de Putin hacia el plebiscito que el 22 de abril debe bendecir su permanencia en la presidencia hasta 2036.