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Nos dijeron desde pequeñas que éramos del sexo débil. Quizás no de una manera directa, pero lo sabíamos porque nos lo hicieron creer. Crecimos con la convicción de que no éramos capaces de hacer aquello con lo que soñábamos. No siempre eran grandes afirmaciones o ... hechos. A veces era un simple «vete a jugar con las niñas» cuando tú querías estar con los chicos o, en mi caso, no tanto estar con ellos sino hacer lo que ellos sí que podían hacer. En otras ocasiones un «compórtate como una señorita». Y ahí te quedabas visionando lo que las otras niñas de tu edad hacían a ver si hallabas la respuesta a la cuestión de y ser una señorita, ¿qué es?.

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larioja Leonas