

Secciones
Servicios
Destacamos
La reunión de las delegaciones de PSOE y ERC dejó a la vista que Pedro Sánchez busca su investidura sin comprometer necesariamente la gobernación posterior; y que la dirección de los 'republicanos' desearía contar con un mínimo de estabilidad en las instituciones centrales del Estado, sin por ello renunciar a la carga de inestabilidad que comporta el independentismo. Es de suponer que el encuentro se celebró ayer porque ya Sánchez e Iglesias han alcanzado un principio de acuerdo. Acuerdo que solo podrá validarse si el socialista cuenta con más votos a favor que en contra gracias a la abstención de una parte del secesionismo catalán. Ayer, la vicepresidenta Calvo y Pablo Iglesias, coincidieron en hacer público su común propósito de dotar al país de un nuevo Gobierno para antes de Navidades. La aparición de ERC en el centro de la escena política ha dejado en segundo plano las incógnitas sobre la acción de gobierno que impulsaría la coalición PSOE-UP. De manera que una eventual abstención de los 'republicanos' sin contrapartidas tangibles para el independentismo podría ser recibida con alivio por amplios sectores de opinión, puesto que la volatilidad política está dando carta de naturaleza al cortoplacismo. A pesar de que el argumento compartido por Sánchez e Iglesias, en torno a la idea de que su aritmética parlamentaria es la única posible, genera no poco desacuerdo y aversión. Porque la vertiente más acuciante del problema no es que el Gobierno así diseñado dependa del apoyo independentista. El problema es que el independentismo no está en condiciones de secundar, ni siquiera circunstancialmente, la gobernabilidad del país.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.