No es cuestión de espantar con noticias alarmantes, pero los tiempos están revueltos; algunos incluso prefieren esconder la cabeza bajo el ala y eludir los noticiarios: nuevas guerras, terremotos, asesinatos, fraudes, etcétera, están a la orden del día.

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Queda vivir, día a día, resolviendo responsabilidades ... cotidianas en espera de que cambien los aires. Pero circular por la calle está plagado de un número creciente de VMP (vehículo de movilidad personal) que complica más circular por ellas. No solo hay que atender a semáforos, pasos de cebra y vehículos rodados, sino también al carril bici que no siempre sigue el mismo sentido de la marcha y, además, a los VMP que, salvo excepciones, parecen tener un código circulatorio propio que les permite rodar por la calzada, el carril bici o invadir las aceras saltándose las normas de circulación que lo prohíben al resto. Su profusión aumenta, hasta se encuentran en el transporte público (trenes de cercanías, autobuses urbanos o metro en las grandes ciudades), haciendo la circulación menos segura para viandantes y conductores de vehículos. Son prácticos pero, si sus conductores hacen un abuso o mal uso del patinete, el derecho a utilizarlo finaliza cuando choca con el derecho y la seguridad de los demás, cuestión frecuente cuando el conductor no lleva casco, ni ropa reflectante, luces o catadiótricos de visibilidad, van acompañados, circulan por aceras, zonas peatonales o túneles, usan auriculares, o carecen del obligatorio seguro de responsabilidad civil, etcétera.

Este derecho a utilizarlo exige la obligación de respetar la normativa, señalizaciones y código de circulación. ¿Quién no se ha asustado cuando, cruzando un semáforo, aparece un veloz patinete eléctrico de la nada, casi arrollándole?, ¿quién conduciendo no se ha topado súbitamente con un patinete dirigido por alguien con ropa oscura, sin casco, con auriculares y sin luz? Este verano han provocado una media de 5,6 accidentes cada semana, más del 2% de conductores fallecidos en accidentes de tráfico en ciudad son de patinetes eléctricos, amén de la tasa creciente de víctimas mortales o lesionadas que provocan. Algunas publicaciones científicas les denomina 'nueva epidemia' (Bascones et al., 2020) por ser fuente de accidentes, generar nuevos problemas de salud y aumentar el coste de ésta.

Es urgente tomar medidas serias de control y reguladoras. Madrid impedirá su acceso en transportes públicos, otras ciudades y poblaciones deberían regular esta nueva modalidad de transporte personal con normas exigentes y multas ejemplares cuando pone en peligro al resto de ciudadanos.

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