Al menos dos de los premios Nobel concedidos en 2023 apuestan por la esperanza, frente a la desesperanza que irradia un mundo cada vez más polarizado y violento.

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El premio Nobel de Medicina recae en los investigadores Karibó y Weisman, cuyo trabajo permitió el desarrollo ... de la tecnología ARN abriendo el camino a las vacunas con las que la humanidad hizo frente al covid, bajo distintas marcas farmacéuticas (Pzifer/BroNtech o Moderna), frenando el contagio. Un merecido reconocimiento por su aportación ante la amenazante y desesperanzadora situación sanitaria, económica y social generada por la desconocida pandemia, aún evidente; su trabajo proyectó un rayo de luz impidiendo el avance del virus y sus destructivos efectos.

También es muy significativo el premio Nobel de la Paz concedido el viernes 6 de octubre a la periodista iraní y militante de los derechos humanos Narges Mohammadi, prisionera del cruel y autocrático régimen iraní. Es un homenaje a su coraje y determinación, aún a costa de su seguridad, frente a la situación política de Irán contra los derechos humanos de sus ciudadanos. Con él, el comité noruego se posiciona firmemente ante los estragos del régimen contra la libertad e igualdad, especialmente de las mujeres a las que considera ciudadanas de segunda, a pesar de la grave brecha con el pueblo al que gobierna con mano férrea y aires medievalistas.

El mundo se estremece viendo la fuerza de los jóvenes iraníes que, desde hace más de un año, despliegan un vasto movimiento de protesta por la vida y la libertad, desencadenado por la muerte de Mahsa Amini a manos de la policía moral por juzgar que llevaba mal puesto el velo obligatorio en público. Esos jóvenes se juegan la vida y la de sus familias enfrentándose a un régimen corrupto, anacrónico, incompetente para dirigir un histórico país hacia el progreso, represivo, violento y desesperanzador, cuyas garras se dirigen contra ellos pero también hacia el mundo occidental desafiándolo con desarrollar armas nucleares, alentando terroristas o perteneciendo al 'Brics'.

Un régimen ciego y sordo que ahora enaltece el odio histórico entre palestinos e israelíes cuando parecía abrirse un rayo de luz con la colaboración de Arabia Saudí, Israel y Estados Unidos. Poca esperanza ante un mundo tan polarizado hacia el enfrentamiento y el odio. Si no detenemos la polarización promoviendo actos que clamen que hay otras vías, como ha mostrado el Nobel de la Paz, seremos presa de la desesperanza.

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