Secciones
Servicios
Destacamos
Desde el ilustre Federico Mayor Zaragoza hasta filósofos como Kant, políticos como Mandela o grandes pensadores antiguos como Pitágoras, todos coinciden en que la educación es un instrumento para la formación humana para la paz, tolerancia, no-violencia, solidaridad intelectual y moral, en suma, la ... base de la democracia y los derechos humanos; un poderoso instrumento para cambiar el mundo y garantizar el progreso humano, ético y sostenible. Más aún en este siglo XXI con un mundo en patente crisis política, social, climática y, especialmente, humana.
Frente a ello, y a pesar del esfuerzo de organismos internacionales como la UNESCO, los hechos muestran día a día, que la mala educación campa libremente marcando el ritmo y usos de vida. Cotidianamente en el trabajo, establecimientos, en consultas, circulando, etc., saltan evidencias de la grosería y falta de respecto imperantes, disfrazado a veces tras refinadas formas que esconden bajas intenciones, otras con evidente ordinariez; tan frecuente que sorprende cuando alguien actúa respetuosamente que es la base del funcionamiento personal, social y político.
Estas semanas hemos vivido la polémica del caso Rubiales o la inaceptable expresión de estudiantes universitarios. Pero nadie llega al fondo de la cuestión, se prometen sanciones y hay ceses que debieran ser inmediatos ante conductas inadmisibles que saltan tras producirse otras veces.
Lo que aflora es el reflejo de la mala educación reinante, resultado de la falta de valores, respeto hacia el otro y honestidad vigentes con los que educamos a niños y adolescentes. ¿Qué esperamos entonces?. Algo estamos haciendo mal cuando prevalece el capricho de un niño o entendemos al universitario como un 'cliente' desde una perspectiva utilitarista y economicista de la formación. Educar, como base de una sociedad, es algo más; los políticos conocen su poder, más político que formativo, prueba de ello es que cada cambio gubernamental comporta cambios del modelo educativo para forjar ciudadanos a su imagen ideológica en lugar de compartir un modelo estable y consensuado entre derechas e izquierdas, eficaz y ético, no sujeto a vaivenes electorales. Decía un ministro de Educación, persona de consenso más allá de ideologías políticas, al que felicité por su nombramiento, que «conseguiría hacer lo que el sistema le permitiera», y así fue.
En suma, algo estamos haciendo mal porque en la base de toda crisis está la educación. Los actos reflejan lo que somos y educamos a ser, reforzado por las redes sociales como en la cueva de Platón.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.