Jaque mate

Además, PISA ha golpeado duramente al sistema educativo español que todavía no ha reaccionado; los virus (covid, gripe, VRS, etcétera) vuelven a poner en jaque al debilitado sistema sanitario, congestionándolo de nuevo mientras se improvisan respuestas sin medidas preventivas eficaces y tasas de vacunación por debajo de lo recomendado por la OMS, como si no hubiéramos aprendido nada de la reciente pandemia. La inmigración aumentó; España fue el segundo país europeo, tras Italia, en recepción ilegal de extranjeros, a la espera del efecto del reciente pacto europeo que endurece la acogida pero quizás logre frenar la acuciante realidad. Pero lo más preocupante que deja el 2023 es el futuro de una juventud bien formada que debe afrontar todo el «legado», pero que según las estadísticas está en situación frágil: su tasa de paro es mayor que los adultos (22,4% versus 12,9%) con salarios por debajo de la media (35%), alta temporalidad (45,5%) y pérdida de los que, ante el panorama existente, salen de España; una grave secuela para una sociedad en progreso.

El 2024 debe afrontar estos y otros desafíos, con unas previsiones económicas más moderadas que las del 2023, una crisis climática sin resolver y una generación de jóvenes en la que pensar seriamente para corregir su situación porque un país que no apuesta por ellos carece de futuro. Un año, además, de inmersión electoral que puede afectar al equilibrio democrático mundial. Llamarán a las urnas India, el Parlamento europeo, México, Sudáfrica y el que genera más ruido: Estados Unidos con un empecinado y oscuro Donald Trump frente a Joe Biden. Es interesante leer 'El rencor de la clase media alta y el fin de una era' de E. Hernández sobre todo ello.