Siempre llegamos tarde

«España es el único lugar del mundonde dos y dos no suman cuatro»

Duque de Wellingtton

La mayoría de los miembros de mi generación, que sufrimos parte de la posguerra, nos ilusionamos con la incierta transición y comenzamos a disfrutar de la Europa del ... bienestar, pronto nos dimos cuenta de que, como buenos españoles, habíamos llegado demasiado tarde. Tras la caída del muro de Berlín, el capitalismo fue convirtiéndose poco a poco en ultraliberalismo furibundo y las prebendas que la clase media gozaba bajo el subterfugio de la socialdemocracia o de la democracia cristiana, se fueron al garete. Crisis tras crisis, guerras tras guerras, terrorismos tras terrorismos han ido minando la calidad de vida del Viejo Continente, que ya no tiene al otro lado del telón de acero al temible comunismo. De la crisis padecida en el 2007 –que aunque no lo crean muchos españoles no la provocó Zapatero– aún no hemos terminado de salir. Desde entonces, los salarios comenzaron a caer tanto como a subir los beneficios de los más poderosos. Nuestros jóvenes están condenados a vivir con cuatro euros y a trabajar lo que el de arriba ordene. Ahora, encima, estalla la pandemia del coronavirus, que si bien está dejando en todo el mundo cientos de miles de muertos, en un futuro no muy lejano elevará esa cifra a millones de muertos de hambre. Y mientras todo eso ocurre, en España seguiremos culpando al enemigo político de todas las desgracias habidas y por haber y continuaremos zapeando entre 'Sálvame' y 'La isla de las tentaciones'.