A LOS DE SIEMPRE

Esa era la contestación cuando, antaño, alguien entrometía sus narices donde no debía e intentaba sonsacarte el sentido de tu voto. Con responder 'a los de siempre' matabas un pájaro de dos tiros: te reservabas tu secreto inalienable y, de una forma ingeniosa, mandabas a hacer puñetas al fisgón metomentodo por su indiscreción. Que yo no te pregunto a ti qué vas a hacer tita Carmen.

Pero ayer, a las ocho de la mañana, y por experiencia personal, también se encontraron muchos ciudadanos que en algunos de los últimos procesos electorales fueron seleccionados para ser miembros de las mesas. «Es que ya está bien: nos toca 'a los de siempre' y esto no es precisamente el gordo de la lotería», se lamentaban. No les falta razón: aunque se trata de un sorteo aleatorio, existe la posibilidad de salir elegido en varias elecciones consecutivas.

Y otros 'los de siempre': el hostelero que ese día no puede subir la verja, el universitario que necesita siete horas para cruzar media España con el coste extra que supone para su familia, la madre/el padre de niños pequeños que se tiene que buscar la vida en domingo para 'colocarlos'... Sus servicios a la democracia son compensados con 65 euros, cantidad que, con seguridad, es un insulto a la 'caja' del autónomo, no cubre los viajes de ida y vuelta del chico hasta Salamanca y, ni de lejos, te sirve para pagar a la cuidadora. A ver si el legislador le da una vuelta al tema: no es no querer, es no poder.