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Como recordarán, el miércoles pasado se celebró la Fiesta Nacional de España. La fecha elegida, el 12 de octubre, simboliza la efeméride en la que España, según la Ley 18/1987, inició un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos. ... Vamos, que así, a la pata la llana, gracias a unos señores que viajando siempre hacia el Este creyeron haber llegado a Japón, se descubrió el continente americano. Serendipia colombina. Vayan un par de recuerdos de su increíble viaje.
Francisco López de Gómara, cronista de la conquista de México, cuando dejó escrito que «La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la Encarnación y Muerte del que lo creó, es el Descubrimiento de las Indias», tenía claro lo que ese encuentro de civilizaciones representaba.
El diario del Almirante escrito por Bartolomé de Las Casas refleja día a día la realidad de aquellos treinta y seis días de navegación que separaron las costas de Palos de la Frontera de las antillanas playas de la isla Guanahaní.
Y dice el diario. Salida: «Partimos viernes tres días de agosto de 1492 de la barra de Saltés, a las ocho horas. Anduvimos con fuerte virazón hasta el poner del sol hacia el Sur sesenta millas, que son quince leguas; después al Sudoeste y al Sur cuarta del Sudoeste, que era el camino para las Canarias».
Y dice el diario. Llegada: «Jueves, 11 de octubre: Navegó al Oessudoeste. Tuvieron mucha mar y más que en todo el viaje habían tenido. Vieron pardelas y un junco verde junto a la nao. Vieron los de la carabela Pinta una caña y un palo y tomaron otro palillo labrado a lo que parecía con hierro, y un pedazo de caña y otra hierba que nace en tierra, y una tablilla. Los de la carabela Niña también vieron otras señales de tierra y un palillo cargado de escaramujos. Con estas señales respiraron y alegráronse todos. (...) Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra e hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana».
Y así, con esta espartana sencillez, Gómara describe uno de los momentos cumbres de la humanidad. Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana, aunque anecdóticamente les diré, ahora que no nos lee nadie, que en los Pleitos Colombinos esa larga serie de disputas judiciales que en defensa de los privilegios obtenidos por el descubridor entablaron contra la Corona de Castilla y León los herederos de Cristóbal Colón, no figura ningún marinero llamado Rodrigo de Triana.
Pero poco importa quien diera el esperado grito de ¡Tierra!, porque fue la realidad que aquel grito despertó al viejo mundo dando así paso a la inmensa obra de colonización del continente americano.
Y poco más: hasta el domingo que viene, si Dios quiere, y ya saben, no tengan miedo.
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