Buenas... esto, a ver... soy el año 2020. ¡No, no, no! ¡No digan nada todavía! Y hagan como si no me vieran, se lo ruego. Para no delatar mi presencia. Aunque espero que no se me identifique, entre la mascarilla y la banda negra que ... llevo atravesada sobre los ojos. La mascarilla es una ffp2 de las que nos proporciona el Ministerio. El mío, que es el del Tiempo. Tengo que andarme así. Por seguridad. Estoy en busca y captura. Les ruego que me escuchen. Pero no sé si voy a ser capaz de explicarme: yo era un año de serie, el siguiente a 2019, en un sentido ordinal, aunque venía bisiesto, con un día más, 366. Casualidades de la vida. Pero vamos, que más o menos lo normal para un año. Incluso me había hecho ilusiones porque me habían comunicado que yo iba a ser el 'año Beethoven'. Se pueden imaginar, uno entra tan ufano, con semejante expectativa: ¡El 'año Beethoven'! No todos los años pueden decir lo mismo, y va y me había tocado a mí. Qué suertudo. Era la envidia de mis colegas, los pasados y los futuros. Bueno, el año que fue en su momento 'año Mozart' me miraba así un poco como por encima del hombro. Está ya jubilado aquel año. Tuvo su momento. Pero ya no ejerce. Total que entré como el más sinfónico de los años y miren cómo me veo a estas alturas, que llegué el viernes con la lengua fuera al concierto de año nuevo, que por cierto no quería entrar, el año nuevo, digo, acojonado, por lo que pudiera pasar. Estaba ahí el hombre, que sí que no. Me lo encontré escondido detrás de una de las localidades del piso de arriba de la Sala Dorada de la Miskverein. Llevaba el paso de vals con el índice de su mano derecha, tímidamente, como si le diera miedo. Me comentó que había pensado en pedir un aplazamiento. Llegó a negociar con el departamento de recursos anuales. Pero el turno era irreversible. Además, no había suplente para la vacante. Y ahí me tienen a mí, con la que me ha caído, haciéndome el veterano y animándolo: venga tío, te toca restaurar el prestigio de ser un año nuevo, y la autoestima profesional. Pues fue hacerse una PCR (salió negativa) y debutar el mismo viernes. Denle una oportunidad. Es muy joven. Apenas tiene unos días. No se crean, cualquiera no puede ser un año. Tienes que prepararte. Hacer unos cursos. Pasar unas prácticas. Unas prácticas, sí. Pues nada, consiste en ser año durante unos días, a ver si aciertas con la estación, con el calendario laboral, con los puentes, con las declaraciones trimestrales de IVA. Si vas para año olímpico tienes que pasar, para reforzar el currículum, un control antidoping. Las tareas, en fin, de ser año, que son un sin vivir. Yo, por ejemplo, al adjudicarme lo de beethoveniano, me hice una play-list con sus grandes éxitos, para familiarizarme. Y si pasas las prácticas, quedas acreditado para ejercer y entras en lista de espera hasta que te llamen. Y a mí me llamaron... en noviembre sería, o por ahí, del 2019. Para entrar en enero, claro. ¡Qué emoción!: ser un año nuevo. Son un mogollón de días por delante. Y si eres bisiesto aun mejor, porque ese día extra te cuentas luego para el cómputo de los días cotizados, de cara la jubilación. Cuando eres año, ves tu nombre, o sea tu cifra por doquier. Estás en todas las salsas. Sales en todos los calendarios, los de taco, los de taller. Eres el adjetivo de todos los eventos: Eurovisión 2020, Goyas 2020, Actual 2020, Gran Hermano 2020... A mí, de todas maneras, lo que más ilusión me hacía era cuando le oía decir a la gente, a finales de diciembre, aquello de «Feliz 2020». ¡Ese eres tú!, me decía a mí mismo, todo ilusionado. El 2020. La niña bonita. Y me entraban ganas de comerme el mundo. En el buen sentido, por supuesto, que ahora hay que aclararlo todo y dejar bien claro, también, que yo venía con buenas intenciones. Pero ahora mismo, me consta se queman mis hojas en los ceniceros, y me dan por un año perdido. Y qué le voy a hacer si yo no sabía que era asintomático. Hasta me han cesado en el Ministerio. En resumen: lo que es no estar de buen año. ¡Ah!, le dije al nuevo que empezara con algo de nieve si tenía en el almacén. No sé qué habrá hecho. Por aquello de que año de nieves, año de bienes.
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