El señor presidente

Pero resulta que el señor presidente del Parlamento de La Rioja, Jesús María García, no es capaz de ajustarse al papel institucional que le toca. No termina de entender que el suyo no es, no debería ser, un rol partidista, que no le pagan por azuzar fuegos ideológicos, sino por ejercer un papel de árbitro en la casa de todos.

Y no, no hay dos Jesús María García. El hombre que se sienta en el puesto central (lugar simbólico) del convento de la Merced es el mismo que luego se va a su casa y escribe en su blog para llamar «zánganos» y tratar de ignorantes manipulados a los que se manifiestan por la calle «en modo ultra» por una opción educativa que no es la suya.

Tiene su derecho a pensar como le venga en gana, el señor presidente. Faltaría más. Pero cobrar como tal le debería impedir moralmente tomar partido público en las disputas políticas de la calle. Y más, así.

Porque lo que no entiende el señor presidente es que todos pagamos su sueldo para que ejerza en nuestro nombre, para que en nuestro nombre ponga coto a los abusos que intenten incluso los suyos.

Y eso incluye, o debería empezar por, el respeto a los ciudadanos. A todos. Piensen lo que piensen.