La reunión entre los ministros de Defensa de la Unión Europea, celebrada en Eslovenia, permitía pensar que a pesar del carácter informal del encuentro sus participantes avanzarían propuestas de mayor compromiso respecto a una política común en la materia. La traumática salida de Afganistán tras ... la caída del régimen que las democracias occidentales quisieron apuntalar a lo largo de dos décadas y la constatación de que EE UU está decidido a actuar según sus propios intereses en el resto del mundo merecían algo más que llamadas de tono autocrítico a la reflexión conjunta por parte de los veintisiete. A la espera de que las sesiones que ayer y hoy celebren los titulares de Exteriores de la UE vaya más allá de un intercambio de declaraciones vagas, y permitan ahondar en la brújula estratégica con que vaya a manejarse la Europa comunitaria en materia de seguridad, sería penoso que los veintisiete se dejasen llevar más por la impasibilidad que por el poder catalizador de lo ocurrido en Kabul, al que se remitió ayer el Alto Representante Josep Borrell.

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Bruselas no puede actuar por más tiempo como actor subordinado ante cuantas decisiones adopte Washington a través de la OTAN o en solitario sin desatender los intereses de los europeos y debilitarse respecto a las aspiraciones de China y Rusia. Las amenazas y las oportunidades que los europeos tenemos ante nosotros son específicas. El Mediterráneo, Oriente Medio y África adquieren un significado a diferenciar, Rusia llega a nuestras fronteras, el fundamentalismo yihadista es a la vez limítrofe y a la vez trata de penetrar en las sociedades europeas, las corrientes migratorias que buscan ser partícipes de nuestro bienestar nos son ya propias, y las reacciones xenófobas y el ultranacionalismo tratan de conectar con lo peor del pasado europeo.

En mayo se abordó la necesidad de que la UE cuente con una fuerza de intervención rápida con 5.000 efectivos dispuesta para afrontar situaciones de grave desestabilización que afecten a los europeos. La falta de una voluntad unánime al respecto no puede dilatar por más tiempo su puesta en marcha, aun como compromiso directo de algunos de los socios siempre que pueda actuar en nombre de la Unión. También porque dotándose de un instrumento de acción inmediata la Unión Europea tomará mayor conciencia de que debe y puede jugar un papel propio más relevante en la escena internacional.

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