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Si hoy es sábado, toca mercadillo en Ezcaray. Y si anteayer fue jueves, en Nájera. En uno y otro, entre sartenes, sostenes y bragas de ocasión –tres por cinco euros, señoraaaaaa, me las quitan de las maaanos– y paños de cocina han aguantado el tipo ... un puñado de agricultores supervivientes que venden el producto en directo al consumidor, sin pasar por el garrote del intermediario ni la dictadura de la gran distribución: patata monalisa o kennebec, cebollas de las de guisar y cebolleta para ensalada; rabanitos y zanahorias, berzas bien hermosas y repollos; alcachofas y la borraja tan nuestra, tan de aquí... Hasta ahora. De momento, en La Rioja tendrán que esperar para volver a ese tajo. No como en el País Vasco o en Barcelona, donde han levantado la prohibición de los mercados de productores. Y allí aldeanas y payeses, con mascarillas y guantes de vinilo, se vuelven a ganar el euro. Y los compradores hacen fila, metro y medio mediante, para comer sano y sin pasar por un súper atestado.

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larioja Sartenes, bragas y borraja