La propuesta de eliminar la importación de crudo ruso en seis meses y de productos refinados para el final de este año, presentada ayer ante la Eurocámara por Ursula von der Leyen, supone un paso significativo en la determinación comunitaria de reforzar su respaldo a ... Ucrania privando a Rusia de una fuente clave de ingresos. La propia presidenta de la Comisión ya avanzó que llevar adelante este sexto paquete de sanciones «no será fácil» por la gran dependencia de algunos Estados de los combustibles fósiles que les vende Moscú. Para hacer más asumible el desenganche, el plan incluye el plazo excepcional de finales de 2023 para Eslovenia y Hungría por su carencia de suministro alternativo. Pero el hecho de que el Gobierno húngaro se cierre en banda a prescindir del petróleo de Putin, o que Eslovaquia o República Checa exijan periodos de transición hasta de tres años, exhibe una vez más el desconcierto con el que la UE afronta una decisión que exige la unanimidad de sus miembros. Tampoco ayuda que el Gobierno de Kiev, rendido al masivo suministro de armas de EEUU y Reino Unido, tache de «cómplices de los crímenes de Rusia» a países del club al que aspira a pertenecer.

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