Sánchez, en el redil de Junts
La solución dada a la crisis en el bloque de la investidura sobre el decreto social hace aún más injustificable una semana de espectáculo
Martes, 28 de enero 2025, 22:04
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Martes, 28 de enero 2025, 22:04
Pedro Sánchez volvió a reconocer ayer, sin manifestarlo explícitamente, que la legislatura se encuentra en manos de las imprevisibles pulsiones de Junts. El domingo había arengado a los militantes reunidos en el congreso del PSOE canario, prometiéndoles que buscaría los votos necesarios para aprobar las ... medidas contempladas en el decreto ómnibus «hasta debajo de las piedras». Una frase extemporánea que demostraba hasta qué punto está dispuesto a sublimar que el Gobierno seguiría rondando solo a Carles Puigdemont y los suyos, después de días en los que ni el presidente ni los demás portavoces socialistas se atrevieron siquiera a mentar el voto contrario emitido por los posconvergentes en la fallida sesión de hace una semana. La obstinación de Sánchez y su Ejecutivo por hacer de sus iniciativas parlamentarias instrumentos que operen tácticamente frente a la oposición le había llevado a enrocarse en el ómnibus. Junto al gesto de fortaleza que se quiso imprimir al empaquetado de medidas, con el mensaje de que solo contaban quienes estuviesen dispuestos a secundarlas en bloque, las declaraciones posteriores y las informaciones circulantes sobre la intención de Moncloa de incrementar incluso el contenido del decreto inicial traslucían el empeño de explotar una baza que se entendía que desgastaba más a la oposición.
La rectificación parcial revela que se trataba de un cálculo erróneo. Devuelve algo de sensatez a la acción de gobierno y sobre todo despeja las dudas que su propia obcecación había generado entre los beneficiarios de las medidas sociales. Aunque sin renunciar a su uso tacticista. Que el presidente compareciese en persona para vindicar su victoria parlamentaria en la prórroga da muestras del tesón con el que se está empleando para preservar su relato –«al final, las cosas salen»– pero sobre todo para impedir que el PP pueda lograr la mínima ventaja de una desdichada gestión de la mayoría parlamentaria. Junts vuelve a sintonizar con Sánchez a cambio de que este acepte algo tan demencial como debatir en sede parlamentaria sobre si se someterá a una cuestión de confianza que horas antes parecía inconcebible para las filas socialistas. La desdicha continúa presente en el imaginario del «Gobierno de progreso». La solución dada a la crisis desatada en el bloque de la investidura hace aún más injustificable el espectáculo ofrecido durante una semana.
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