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Sánchez tiene que rectificar

Sánchez tiene que rectificar

Editorial ·

El Gobierno no puede afrontar lo que queda de legislatura simulando que el 4-M no ocurrió nada relevante

Jueves, 6 de mayo 2021, 02:00

El resultado de las elecciones a la Asamblea de Madrid, con la victoria sin paliativos del PP de Isabel Díaz Ayuso y el PSOE relegado a la tercera posición tras un espectacular revolcón en las urnas, ha rebajado las expectativas que el socialismo de Pedro Sánchez tenía depositadas en el rendimiento político de la legislatura. Ha reforzado al primer partido de la oposición, ha trastocado las ya trabajosas relaciones de complicidad que el Gobierno necesitaba engrasar a diario entre los dos socios de la coalición y con sus aliados parlamentarios, y ha situado en primer plano el problema de la gobernanza del Estado compuesto con mayorías autonómicas de muy diverso signo. El presidente no puede actuar simulando que el 4 de mayo no ha pasado nada relevante cuando toda la prensa europea se ha hecho eco de que su mandato ha topado con sus propios límites.

Si ya antes de las autonómicas del pasado martes la judicialización pretendida por La Moncloa del vacío posterior al estado de alarma revelaba una actitud huidiza por parte de Sánchez, la información de que el Supremo no tenía noticia del papel que le asignaba el Ejecutivo revela el desdén con el que este trata a las comunidades y también a los tribunales. Ello generará una fortísima tensión institucional si el Gobierno central no rectifica mediante la asunción de sus responsabilidades antes de que venza el decreto que permite la restricción de derechos fundamentales para combatir la pandemia. La pérdida de representatividad en Madrid de la coalición PSOE-Unidas Podemos no podrá atenuarse por que ambas fuerzas se conjuren en la defensa de su entente de poder. Mucho menos estarán en condiciones de recabar el apoyo de los otros grupos que secundaron la investidura de Sánchez con una mera llamada de auxilio. Mientras tanto, el desgobierno en Cataluña amenaza con acabar agotando la legislatura si en la negociación por pilotar la Generalitat el independentismo se retroalimenta frente al Ejecutivo central e impide que ERC se haga partícipe de la estabilidad política en España.

Si antes del 4-M Sánchez no parecía necesitado del diálogo con el PP para sortear la legislatura –ya fuera para renovar órganos constitucionales o consensuar la orientación de los fondos europeos–, el arrollador triunfo de Ayuso puede hacer aún más difícil un entendimiento sin el que al Gobierno no le será sencillo llegar hasta 2023.

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