¿Sánchez se inspira en Franco?

La fijación de precios, de cualquier producto o servicio, por parte del poder político siempre ocasiona escasez y mercado negro. La ley de vivienda que han acordado conjuntamente PSOE y Unidas Podemos, la coalición social-comunista del Gobierno, va a fijar los precios de alquiler de la vivienda, obligando a los arrendadores qué importe cobrar además de recargar hasta un 150% el IBI a las viviendas que considere vacías. Puedo adelantar lo que va a ocurrir en el mercado de alquiler de viviendas en España, no porque sea adivino, sino porque este experimento, además de en Berlín y París, ya lo ha hecho la alcaldesa Ada Colau en Barcelona y el resultado es que ha desaparecido el 40% de la oferta de alquiler, no ha bajado el precio, ha aumentado el mercado negro y prácticamente no hay nuevas inversiones en vivienda de alquiler. ¡Es lógico! Con este panorama, ¿quién va a invertir en inmuebles para alquiler? Es un ataque directo y descarado a la libertad, al libre mercado y fundamentalmente a la propiedad privada. Esa propiedad privada de la cual pagas religiosamente los impuestos correspondientes; esa propiedad privada que has comprado con tus ahorros generados a base de trabajo y sacrificio; esa propiedad privada que te aporta una renta como complemento de tus ingresos; esa propiedad privada que es tu colchón de mañana para complementar tu pensión y asegurarte tu bienestar de jubilado. Esa propiedad privada que nos dice este Gobierno de insensatos que tenemos menos derecho a ella que a la fijación del alquiler que ellos impongan.

Pretenden edulcorar el producto con un bono de vivienda para jóvenes de 250 euros al mes para favorecer la emancipación. Y otro bono cultural de 400. Se olvidan, interesadamente, que el 42% de los jóvenes están en el paro, es decir, sin trabajo y sin ingresos. ¿Qué representan esos bonos? Los jóvenes para independizarse y crearse un futuro lo que quieren es trabajo, no limosna. Este Gobierno lo que pretende es que haya muchos jóvenes ignorantes —que aprueben sin estudiar— y subsidiados a la sopa boba. Lo que buscan es clientelismo. Votos.

Toda esta ley es para sacar unos presupuestos, según la ministra Yolanda Díaz: «Progresistas, inclusivos, expansivos, sociales, verdes y feministas». En vez de adjetivar tanto las cosas, que es una forma de no decir ni hacer nada, los presupuestos deben ser: realistas y realizables, no generadores de déficit, estimuladores de la inversión y el ahorro, incentivadores del progreso económico de los ciudadanos, motivadores para la creación de puestos de trabajo —sobre todo juvenil—, nada intervencionistas y profundamente respetuosos con la propiedad privada y la LIBERTAD.

Martín Torres Gavíria

Miembro vinculado a EFPA España

Twitter @MTorresGaviria