Marko Kolanovic es una de las principales estrategias del banco estadounidense JP Morgan y al primero a quien leí, científicos incluidos, que Ómicron podía ser el principio del fin de la pandemia en la medida en que, si se confirmaba que causaba infecciones más leves ... que variantes anteriores del COVID y si su transmisión era mucho más rápida, llegaríamos a la inmunidad de rebaño. La Bolsa de Nueva York, que como bien dice Evaristo Páramos controla este mogollón, hizo caso a Kolanovic y ha vuelto a máximos históricos, obviando el aumento de muertes y hospitalizaciones y que el mundo se enfrenta a la mayor de las oleadas vista hasta ahora, incluso con riesgo de nuevo parón económico por falta de personal laboral 'sano' ante el extraordinario número de contagiados y de cuarentenados.

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En España –a costa una vez más del esfuerzo ingente del colectivo sanitario– podemos decir que fuimos los primeros del mundo, incluso que nos anticipamos al mismísimo Kolanovic, en convertir en supuesta 'virtud' una actitud pasiva, ya que, mientras en el centro y en el norte de Europa se disparaban los contagios, aquí nos decíamos que éramos tan buenos vacunando que el virus no vendría. Pero ha llegado y la transmisión está absolutamente descontrolada. La reducción de las cuarentenas y el chistoso nuevo protocolo COVID es una renuncia absoluta por impotencia de las autoridades, que lo confían todo a la inmunidad de rebaño: esperemos que Kolanovic lleve razón, pero, mientras tanto, sálvese quien pueda.

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