Por fin hay consenso, y hasta alguna leve autocrítica, de que aquello de 'salvar la Navidad' resultó catastrófico. El levantamiento prematuro de las medidas de seguridad provocó una tercera ola mortífera, que solo dos meses después ha empezado a mostrar datos esperanzadores, aunque sin haber ... descendido aún lo suficiente. La Rioja camina en la vanguardia de la desescalada, con una incidencia acumulada en 14 días de 115 casos por 100.000 habitantes, un logro impensable solo hace unas semanas. Pero no ocurre lo mismo con los indicadores sanitarios. El que se refiere a la ocupación de plazas UCI sigue muy lejos de las ratios aceptables. Por eso cualquier desafío al contagio es una partida perdedora y muy peligrosa. Y por eso es razonable y plausible la decisión de la Plataforma 8M de La Rioja, y de otras organizaciones, de no convocar actos que puedan derivar en concentraciones masivas con motivo de Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo próximo. Ahora no hay nada que salvar y mucho aún por desescalar. La experiencia señala que es más conveniente actuar con cautela y confiar en la inmunización de la vacuna para recuperar la ansiada normalidad que permita, a todos, remontar el vuelo.

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