Si Sagasta pudiera hablar

Mientras funcionarios y servicios del Instituto se hacinan en pequeñas estancias y las fundaciones San Millán y Sagasta aguantan su destierro en Las Palmeras, el ala más espaciosa de la planta noble continúa vacía. Como privilegiado inquilino, se halla en una esquina el busto de Práxedes Mateo Sagasta, cincelado por Mariano Benlliure, como mudo observador de una fila de mesas vacías, sobre las que no lucen ni papeles ni cables. Metros y metros cuadrados de barbecho. ¡Si Sagasta pudiera hablar...!

Pero mientras en sede parlamentaria se da la razón al IER sin ambages, el Gobierno de La Rioja continúa buscando lugares donde llevar los valiosos tesoros históricos que allí se conservan. Hace tiempo que el archivo fotográfico fue exiliado a un depósito de Duquesa de la Victoria, pero el Ejecutivo, a hurtadillas, sigue buscando otros repositorios con el fin de vaciar de contenido Los Chapiteles. El último en prospectar ha sido el Archivo Histórico.

Hagan caso a Sófocles: «La mentira nunca llega a vieja».