La pelota ya está en el tejado de la UE, pero el Gobierno le ha quitado importancia y, de momento, la ministra Montero ha sacado a Sánchez medianamente airoso del entuerto anunciando un comité de expertos que, de existir, solo hará informes de parte al ... señorito que lo ha seleccionado. Esta marcha atrás la han dado a costa de matar al mensajero, es decir, de desmentir a El País, negando que la propuesta haya llegado hasta Bruselas, que ya no sabe qué hacer con los balones que le deja botando España. De locos. Con lo elegante que es mentir sin tratar por idiotas a toda una sociedad y a los hombres de negro de la UE que, luego, ya ves tú, se mosquean y se las cobran haciéndote unas auditorías de órdago.

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No es la primera vez que un Ejecutivo acomete la ingrata y desagradecida labor de tocar los impuestos. Pero esta vez, la propuesta 'guadiana' de la supresión gradual de la deducción en la declaración conjunta del IRPF es para nota.

Una subida del IRPF en toda regla para la que ya tenemos lista de damnificados: las clases medias y bajas, la mitad exactamente de las que se benefician de esta ayuda, y los contribuyentes más mayores, en los que el grueso de los ingresos corresponde a una única pensión, la de jubilación de él, ya que ellas (la mayoría) renunciaron a trabajar fuera para hacerlo como mulas dentro. Una entrega a los suyos, que hoy llamamos 'conciliación familiar', de la que el Gobierno se desentiende. Porque aún en el 2021 hay hogares que eligen vivir más ajustados, pero vivir en familia.

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