RUMBO ERRÁTICO

Desde el arranque del festival, el timón y brújula de su línea editorial, ha sido proyectar producciones en las que en la mayoría se hablara en femenino plural. Una idea valiosa y coyuntural que ha tendido puentes a propuestas corajinadas pero rara vez formidables y rotundas. Aún así, en el recuerdo quedan grabadas un pequeño puñado de historias con cierta fuerza que han volado por encima de las demás.

En este grupo acotado por su significado y visualización expresiva, no se encuentra el largometraje brasileño, 'La vida invisible de Eurídice Gusmáo', de Karim Aïnouz, un denso melodrama de dos horas y media de duración, de estética de folletín y culebrón que, pese a su elaborada estructura y puesta en escena clásica, en el fondo, resulta decimonónica y algo apolillado su formalismo. Dos hermanas se separan por avatares sentimentales y nunca logran reencontrarse por la fatalidad del destino. En cualquier caso, tiene un emotivo cierre y una clausura sentimental.

El pase de la última obra a concurso, la alemana 'Lara', de Jan-Ole Gerster (Oh boy!) que, por cierto, me ha gustado, ha servido, entre otros méritos, para añadir el nombre de la increíble y formidable actriz Corinna Harfouch al elenco de favoritas para obtener el premio a la mejor interpretación. Un drama intimista, rocoso, sobre una mujer que arrastra insatisfacciones y desafectos desarrollados en veinticuatro horas y justo el día de su cumpleaños y coincidiendo con el debut de su hijo como compositor.