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Cuando accedió a su presidencia en mayo de 2018, Luis Rubiales asumió el compromiso de regenerar la Federación Española de Fútbol, que atravesaba una etapa de extrema convulsión. Cuatro años después, las investigaciones abiertas por la Fiscalía Anticorrupción sobre supuestas irregularidades en su gestión que ... podrían ser constitutivas de graves delitos le han puesto contra las cuerdas. Las grabaciones que habría realizado a miembros del Gobierno, el presunto uso indebido de dinero del organismo y las turbias negociaciones con el jugador Gerard Piqué para llevar la Supercopa a Arabia Saudí a cambio de una comisión de 40 millones de euros han desatado un escándalo que es preciso aclarar cuanto antes. Sin menoscabo de la presunción de inocencia que le ampara, de los datos conocidos hasta ahora se desprende un comportamiento de Rubiales difícilmente compatible con la ética que ha de guiar sus responsabilidades. Las explicaciones que con toda lógica le ha exigido el Ejecutivo –hasta ahora, un fiel aliado– no pueden verse demoradas sin una merma del prestigio de la federación, al margen del recorrido legal que tenga la denuncia interpuesta contra él.

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larioja Rubiales, en el disparadero