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Subiendo hoy a las cascadas de puente Ra, por un momento me he tendido a la orilla del río, dejando mi mano como un lento remo abrevando en el agua. Agua pura esta del Iregua, que no sé yo qué tiene, que así, y a ... escondidas del mundo, te mece la nostalgia, la tristeza, también cualquier pequeña derrota. Sí, sabe atemperarte el corazón y te lo muda por ese otro monótono e incansable murmullo suyo. A mí, esta niña agua pura, me hace desaparecer, olvidarme de mí, como cuando me pierdo en los versos de un poema, o cierro los ojos para ser la falda de terciopelo de una rosa y espero, ahí, a oír y sentir ese rodar tembloroso de una gota de rocío. Y en vez de un rumor de sangre, por mis venas oigo el de esa música tan fresca y pura del agua, esa corta y eterna tonadilla que enseguida parece callarse, porque de repente ya eres el río, ya soy el río.

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larioja El río