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Hace unos años, a mi mujer le dio por alistarse, como una miliciana, en ese impagable batallón que cuida y mima a esa edad dorada y senil aparcada en una Casa Grande. Quería ganar, tan a la orilla de la muerte, alguna batalla a esa ... guerra perdida del tiempo con la vida. Pasarse al lado del cansancio para amándolo todo, comprenderlo todo.

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larioja Una casa grande