Cada 6 de octubre se celebra, gracias al impulso de Unesco, el Día Internacional de la Geodiversidad. Un día que, bajo el lema «conservando el ... pasado para asegurar el futuro», sirve para reconocer y ensalzar el patrimonio geológico que salpica nuestra geografía y que lamentablemente, en demasiadas ocasiones, está poco valorado y protegido. Pero, ¿qué es la geodiversidad? Según la ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, geodiversidad o diversidad geológica es la variedad de elementos geológicos, incluidos rocas, minerales, fósiles, suelos, formas del relieve, formaciones y unidades geológicas y paisajes que son el producto y registro de la evolución de la Tierra.
Un patrimonio, soporte de la biodiversidad, que en La Rioja –a pesar de que la Geología es una ciencia bastante desconocida en general por la sociedad y es previsible que la situación se empeore según va siendo apartada de los planes de estudio de la educación obligatoria–, ha vivido buenas épocas en cuanto a divulgación.
En el mismo sentido, la ley autonómica 2/2023, de 31 de enero, de biodiversidad y patrimonio natural de La Rioja, buscó en su redacción preservar la geodiversidad desde un enfoque integral del patrimonio natural, mejorar la coordinación entre los diferentes niveles administrativos encargados de su gestión, integrarla con otras políticas transversales y poner en valor y favorecer su relación con la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
La cátedra extraordinaria de Paleontología de la UR sigue sin personal permanente ni crédito docente
Por ello, el anterior ejecutivo regional fomentó desde su llegada al Palacete en 2019 la puesta en valor de la geodiversidad creando las competencias en materia de declaración, delimitación e inventario de lugares de interés geológico en la comunidad.
Este trabajo, iniciado muchos años atrás por el Instituto Geológico y Minero, se complementó en 2022 con la declaración en el Inventario de Lugares de Interés Geológico de España de 65 maravillas geológicas riojanas, entre elementos propios de la geología, minería y el rico patrimonio paleontológico riojano, único en Europa.
Pero llegó mayo de 2023, aterrizó el nuevo Gobierno y desaparecieron las competencias en materia de apoyo e impulso al reconocimiento y preservación de la geodiversidad de la estructura de la administración autonómica. Este hecho, aunque pueda parecer irrelevante, no lo es tanto ya que el principio de celeridad que impone a la Administración el impulso de oficio por el titular de la Consejería competente para adoptar medidas conducentes a preservar el patrimonio geológico del deterioro o vandalismo, por ejemplo, y su necesario mantenimiento, desaparecen si no hay competencia que lo sustente.
Además de lo anterior, nos encontramos con que la Universidad de La Rioja que cuenta con la cátedra extraordinaria de Paleontología que, recordemos, sigue sin personal permanente ni crédito docente a pesar del esfuerzo que hizo el anterior Ejecutivo regional por establecer sinergias que reforzasen y afianzasen a la estructura universitaria dicha unidad, debiera ser la impulsora de la labor investigadora de este patrimonio que aglutina, por ahora, más de 11.000 huellas de dinosaurio repartidas en 170 yacimientos, 40 de ellos Bien de Interés Cultural.
En resumen, que la geodiversidad vuelve a la situación de partida de 2019 a velocidad meteórica, no geológica, y este hecho no es bueno ni para el desarrollo de la ciencia, ni para el medioambiente, ni para el fomento del geoturismo, ni para la sociedad riojana, ni para los territorios que pueden beneficiarse de una geodiversidad mantenida convenientemente y que suelen coincidir con los más despoblados y con menos oportunidades de desarrollo futuro.
Por esto, para terminar, celebremos en La Rioja el Día Internacional de la Geodiversidad ya que las ciencias geológicas, cuando se explican y se valoran, nos permiten concienciar a la sociedad sobre el importante vínculo que mantiene este grupo de ciencias y técnicas con los seres vivos. Nos posibilitan comprender los beneficios que aporta a la sociedad la vida en un planeta geodiverso conservando su patrimonio geológico y la importancia del uso sostenible de sus georrecursos a través de la minería sostenible. Nos ayudan a reconocer el papel de la geodiversidad para proporcionar al ser humano la abundancia de materias primas que generan el estado del bienestar. Nos facilitan poder demostrar cómo la enseñanza de la geología aporta a los ciudadanos soluciones sostenibles a los desafíos que plantean la prevención y reducción de desastres naturales, la mitigación del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Y, por último, nos permiten entender el papel fundamental que desempeñan los conocimientos geocientíficos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, lo que permitirá a los ciudadanos estar mejor informados y contribuir plenamente, junto con los políticos, en los procesos de toma de decisiones.
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