Borrar

El 2019 nos ha confirmado mediante el rostro de una adolescente sueca que la realidad a veces solo resulta plenamente comprensible a través de lo simbólico. Greta Thunberg ha conseguido en apenas un año lo que científicos, catastróficos informes de la ONU o discursos aplastantes ... de personalidades tan insignes como el casi-presidente Al Gore no consiguieron lograr en décadas: fabricar la conciencia universal de que el cambio climático es la principal amenaza para el planeta y para las generaciones venideras. Y lo ha logrado recurriendo a la belleza de lo simple, al valor de lo emocional, la fuerza de lo icónico.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja El rostro de Greta