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Michel Euler/AFP)
Barnier, la anomalía de Macron
Tribuna

Barnier, la anomalía de Macron

Nombrar a un primer ministro con la aquiescencia de Le Pen supone no respetar los resultados electorales

Rosario Morejón Sabio

Doctora en Psicología y analista de relaciones internacionales

Jueves, 12 de septiembre 2024, 21:50

Cuando en agosto de 2014 Emmanuel Macron fue nombrado por sorpresa ministro de Economía con 36 años, pidió consejo a su bregado compañero de gabinete Bernard Cazeneuve sobre algunos principios que pudieran serle útiles en sus funciones. El socialista le respondió: «el Estado lo es ... todo; nosotros no somos nada; desconfía del reflejo de tu imagen y no olvides jamás quién te ha nombrado». Entre transgresión y traición no hay más que un paso. El exministro Macron no jugaba limpio con François Hollande y Manuel Valls: la operación 'nuevo mundo' de la macronía estaba lanzada. Siete años después, el presidente olvida que la barrera republicana para detener a la extrema derecha de Le Pen le impulsó a la jefatura del Estado y en 2022 se la aseguró. Orillar al Parlamento hasta nombrar a un primer ministro con la aquiescencia de Reagrupamiento Nacional (RN) es no respetar el escrutinio del 7 de julio. El gaullista Michel Barnier lidiará con ello.

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