Solo hay una cosa mejor que hablar solo: escribir. «Es hermoso escribir porque conjugas dos alegrías: hablar solo y hablar a la multitud», anotaba Cesare Pavese en su 'Oficio de vivir', eso que a él le costó tanto. Yo no sé si le hablo a ... una multitud, pero sí sé que me hablo a mí exactamente igual que he hecho siempre; antes, en voz alta y gratis; ahora, dándole a la tecla y cobrando. Mejor así, dónde va a parar.

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Solo hay una cosa mejor que hablar solo: entrevistarse a uno mismo. Lo hizo Ángel Garó en un momento antológico del 'Deluxe', otro más, que 'Sálvame' está lleno: Rosa Benito quemando sus anillos de boda, Karmele Marchante intentando ir a Eurovisión, Belén Esteban y su «Ni que fuera yo Bin Laden», Bárbara Rey reconociendo su noche de amor con Chelo García-Cortés, Kiko Matamoros besando las uñas de los pies de Marujita Díaz, Mila Ximénez cabreándose por tener que disfrazarse, Jorge Javier preguntando al invitado de turno si era más de mortero o de monedero, María Patiño entrando en brote o Lydia Lozano llorando, que Lydia llora bonito. Total, que en aquella performance delirante Garó se enfrentaba a Garó: el Garó entrevistador, con gesto de periodista incisivo, iba de riguroso negro; el Garó entrevistado, de chaqueta azul y camisa blanca, aparecía desmoronado ante sus propias preguntas: «Por favor, parad. Esto no se puede hacer», se rogaba.

Solo hay una cosa mejor que hablar solo: entrevistarse a uno mismo por ministro interpuesto. Pensaba que Sánchez llevaba dentro un dependiente de la planta de caballeros, pero no, lleva un presentador. La pena es que no le preguntara a Luis Planas (o sea, a sí mismo) si era más de mortero o de monedero. Entonces, 'Sálvame' habría tenido un digno heredero.

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